Derecho

A través de década enteras y en estrecho maridaje con el narcotráfico y la irreflexión ideológica, la subversión armada ha venido devastando inmisericordemente el medio ambiente, destrucción traducida en voladuras de oleoductos, deforestación sistemática y otros actos de franca barbarie que, al menos hasta la hora presente, esperan el más contundente de los repudios por parte de la nación y comunidad internacional.

Los crímenes ecológicos del narcoterrorismo en Colombia, fuera de su sólido y bien documentado contenido, demuestra por parte de sus autores un elocuente gesto de valentía al denunciar otra de las variables que lleva el inconfundible sello bélico de la insurgencia en nuestro medio y que es otra forma de agredir a una nación, de lesionarla gravemente en materia económica; de vulnerarla, en ocasiones con carácter irreversible, en sus más preciados recursos naturales.